La niña Miley Cyrus, ya no es la cándida y dulce niña que empezó hace unos años en Hannah Montana y como a casi todos los jóvenes de su edad le gusta más la marcha que a un niño un caramelo.
Claro que en casi todas las fiestas hay alcohol, mucho alcohol, y parece ser que la chiquilla no le dice que no a tomarse algún que otro trago, y claro luego pasa lo que pasa que te afectan más de la cuenta y no eres capaz de tenerte en pie, menos mal que siempre hay algún que otro amigo dispuesto a llevarte a casa y eso fue lo que le paso a la Cyrus hace unos días.
Vale que la chiquilla ya es mayor de edad y vale que muchos jóvenes nos hemos corrido alguna juerga, pero Miley tiene que pensar que en cualquier esquina están los terribles paparazzi acechando a su presa para pillarla en una actitud comprometida.
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